miércoles, 19 de febrero de 2014

3 Cosas que Jesús nos enseña en medio de la muerte de un ser querido

“…NUESTRO AMIGO LÁZARO DUERME; MAS VOY PARA DESPERTARLE.” (Juan 11:11b)

¿Qué les dices a aquellos que están desconsolados, con rabia, y cuestionándose cosas a causa de la muerte de un ser querido?
Cuéntales acerca de Lázaro, a quien Jesús resucitó. Diles que:
(1) ¡Jesús nos deja que le hagamos preguntas! De hecho, Marta le dijo:
“Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21b). ¿Se enfadó Jesús con ella? No. En momentos como éstos, aprendemos cosas acerca de nosotros mismos que no sabíamos. En tiempos de desconsuelo descubrimos que: “…nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones 3:22b,23).
(2) ¡Jesús nos enseña como sentir la pérdida! “Jesús lloró” (Juan 11:35), no porque no podía hacer nada, sino porque quería ser nuestro ejemplo. Si entierras tus emociones, las estás enterrando vivas y volverán a resucitar un día para herirte. El proceso de restauración lleva consigo:
(a) sentir un profundo dolor.
(b) tratar con él abiertamente.
(c) dar paso a la sanidad.
¿Estás huyendo del dolor? ¿Lo estás sustituyendo antes de tiempo con otros sentimientos?
Así no lo quiere Dios. Él dice: “…vosotros lloraréis y lamentaréis… pero… [más adelante] vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Juan 16:20b).
(3) ¡Jesús nos da esperanza! Escucha: “…Lázaro duerme; mas voy para despertarle” (Juan 11:11b). ¿Sabes como se siente uno después de una buena noche de descanso? Pues, multiplica esa sensación por infinito y todavía te quedas corto. “Buenas noches” aquí significa: “Buenos días” allá. Jesús dijo: “Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles…” (Lucas 20:36).
¡Caramba! ¡El que nos lleva al cielo manda a la quiebra a todas las empresas que llevan a los muertos bajo tierra! ¿No te parece maravilloso?

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